La importancia del desayuno en tu vida diaria

Muchas veces, hemos oído o nos han contado que es desayuno es la comida más importante del día. Pues bien, en la mayoría de casos no sabremos responder la razón de ser de este concepto, que podría causarse por el desconocimiento de nuestra dieta o los nutrientes que recibimos de lo que comemos en el desayuno. 

Es así como hoy te traemos las razones por las cuales el desayuno debe ser tu comida más importante y, por qué no, tu favorita del día:

Este es un ejemplo excelente para tomar en cuenta en tu dieta.


Beneficios de un buen desayuno

Mejora del estado nutricional: El estado nutricional es el grado en el que nuestras necesidades de energía y nutrientes están cubiertos. Las personas que desayunan suelen tener una dieta menos grasa y más rica en fibra, vitaminas y minerales.

Grasa: Si en el desayuno se incluyen tostadas, pan, cereales de desayuno, galletas sencillas, etc., el consumo diario de grasa es menor.

Fibra: Si se incluyen cereales de desayuno o panes integrales, las posibilidades de satisfacer las necesidades de fibra son mayores.

Vitaminas y minerales: El desayuno contribuye significativamente a los aportes diarios de vitaminas y minerales.

Control del peso: Las personas que desayunan mantienen el peso dentro de límites saludables en mayor medida.

Rendimiento físico e intelectual: Las personas que no desayunan ponen en marcha una serie de mecanismos en el organismo (descenso de la hormona insulina y aumento de cortisol y catecolaminas…) para mantener la glucemia (nivel de azúcar en sangre) en valores aceptables.


También hacemos resaltar los siguientes conceptos relacionados para un desayuno balanceado, los cuales serán importantes para que tomes en cuenta.


¿Cómo es un desayuno equilibrado?

Un desayuno puede suponer entre el 20 y el 30% de las calorías ingeridas en un día. Un desayuno equilibrado debe contener los siguientes grupos de alimentos:


Lácteos: leche, yogur, cuajada, requesón… Contienen proteínas de calidad, calcio, vitaminas A y D, y vitaminas del grupo B (principalmente riboflavina o B2).

Frutas y cereales: pan, tostadas, cereales de desayuno, galletas… Proporcionan hidratos de carbono que aportan energía, vitaminas y minerales. Los cereales integrales aportan, además, fibra. La fruta agua y fibra.

Otros alimentos: Derivados cárnicos y dulces, en cantidades moderadas. Jamón cocido o serrano, fiambres poco grasos (de pollo o pavo), embutidos… Contienen proteínas de calidad con función de construcción de tejidos y células y cantidades variables de grasa con función energética.


Así es que, ya conociendo todos estos preceptos, puedes comenzar con una vida más saludable y mejorar tu estilo de vida. Recuerda, lo importante es que te sientas bien contigo mismo y renueves tu vida a base de mucho esfuerzo y dedicación.


¡UN SALUDO Y HASTA LA PRÓXIMA!








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